PÍldoras
de conocimiento
EL INSUSTITUIBLE VALOR DE LOS ESPACIOS EDUCATIVOS
Siempre hemos creído en la tarea educativa y pedagógica de la sociedad en su conjunto (la tribu) que se concreta en multitud de espacios, contextos, interacciones y momentos, formales e informales. La calidad, estilo e intensidad de estos determinan a su vez la calidad de la formación, en sentido de contribuir a con-formar la personalidad y la libertad de pensamiento de las y los más jóvenes.
Es indudable que los momentos informales, la interacción entre iguales (o no tan iguales), así como con las/os educadoras/es, tienen más valor para la construcción y crecimiento personal que el conjunto de materias y contenidos (fundamentales, por otra parte) que se imparten en la escuela. En tiempo de pandemia hemos tenido la sensación de que todo esto se ha olvidado, o al menos a algunos estamentos, que negarles estos momentos de interacción a chicas y chicos es una forma de coartarles las posibilidades de crecimiento y desarrollo.
En el ENTRE, es donde se produce la acción, la emoción, donde se da el aprendizaje, es donde las cosas suceden, donde se aprende a socializar, a compartir y cooperar, a integrar, a sanar y superar, donde se da el conflicto y su resolución… Si no hay un ENTRE, no hay aprendizaje.
La pandemia nos ha obligado a poner el foco en las prioridades: el Derecho a la Educación y a la Salud de niñas, niños y adolescentes. Se ha generado un debate que ha permitido poner en valor los espacios educativos (de todo tipo, no solo los escolares) por todo lo que aportan además de lo puramente académico. Entre otros:
- Juego, diversión y alegría.
- Desconexión de los problemas trasladados por las personas adultas.
- Permiten compartir vivencias con iguales.
- A nivel emocional incrementa la sensación de calma
- Facilitan las relaciones sociales que enriquecen su desarrollo y proporcionan sentimientos de pertenencia a un grupo.
- Como entornos seguros que son, les ayudan a alejarse de problemas que pudieran sufrir en otros ámbitos: de alimentación, de maltrato, abuso de las redes sociales…
- Mitiga las desigualdades en los distintos grupos socio-económicos y culturales, así como en los que tienen necesidades educativas especiales y protege a los colectivos más vulnerables.
- Proporciona el conocimiento y las aptitudes necesarias en valores.
En Grupo Xabide/Fideliza llevamos trabajando, desde estas convicciones, con la infancia y adolescencia desde nuestros orígenes, hace más de 30 años. En esta ocasión, queremos destacar uno en el que estamos implicadas/os activamente desde 2013 en la promoción de los Derechos de la Infancia y Adolescencia y su participación a través del Programa Aktiba(tu) del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
Y seguimos trabajando para promover la Participación infantil y adolescente. Entendemos que hay que involucrarles activamente en la respuesta a la pandemia, en la promoción de actitudes responsables durante la reapertura de los centros educativos, y en general, en todos los ámbitos que afectan a sus Derechos. No son sujetos pasivos sino personas protagonistas con voz y opinión de la realidad que les toca vivir. Y vamos a seguir trabajando en esta dirección, porque sabemos hacerlo y creemos en ello.